martes, 28 de diciembre de 2010

La lluvia nos trajo una conversación.

Avancé con cautela por las resbaladizas losas. Se me había olvidado guardar el paraguas plegable en el bolso y me tenía que conformar con intentar llegar lo antes posible a la sombra salvadora de los balcones y toldos de las pequeñas y acogedoras tiendecitas que llegaban hasta el final de la calle. Las gotas de lluvia corrían por mi pelo, cayéndome en la nariz y en las botas. Estaba empapada y deseosa de llegar a casa. La lluvia había comenzado a caer con mayor fuerza y me paré bajo el toldo del centro de adopción que habían abierto nuevo delante de mi casa. Miré el escaparate. Para mi sorpresa, tras el cristal de unas celdas de transparentes, varios perritos jugueteaban con el papel de periódico a tiras. Pensé que era un centro para niños, no de animales, pero como me encantan los perros, me agaché y apoyé la mano en el cristal.
Un movimiento a mi espalda me obligó a volverme, mientras me levantaba con cuidado. Era él. Me miró con sus ojos grises, con una mezcla de tristeza y otro sentimiento que no pude adivinar. Estaba más mojado que yo y las gotas resbalaban por su pelo azabache, que caía sobre su rostro. Nunca me había dado cuenta, pero ahora podía observar que una cicatriz pálida cruzaba su mejilla derecha.
-Hola, Jenna- saludó con voz ronca. Me sorprendió que se acordase de mi nombre.
-Eh...hola- musité. No hubo segundo que no deseara saber su nombre.
-¿Te gustan los perros?
-Mucho- respondí más tranquila. Dirigió una mirada de nostalgia a los perritos.
-Yo también- lo noté demasiado triste. Quise decirle que todo saldría bien, aunque no sabía lo que le pasaba, a parte de vivir en la calle.
-¿Estás bien?- pregunté sin poder remediarlo.
-Ayer perdí a mi mejor amigo.
-Lo siento.
-Ahora si que no me queda nada.
-Me tienes a mí- eres tonta, Jenna, me dije enfadada. ¿Qué estaba diciendo? Qué estupidez, por Dios. Aunque sentía de verdad que así era. Yo pretendía ayudarlo. Pero algo en él me lo impedía.
-Gracias- susurró mirándome fijamente. Se mordió el labio inferior y lo soltó con delicadeza. Eran el tipo de labios que uno envidia y desea besar a la vez- Averiguaré mi nombre, si eso te hace feliz.
-No hace falta- titubeé sorpresa. Creo me estaba empezando a poner roja como un tomate cherry.
-Si quieres puedes ponérmelo tú. A fin de cuentas supongo que crees que necesito un nombre.
Alcé una ceja y abrí mucho los ojos. Luego mi cara volvió a ser la misma de una boba que no sabe que decir y lo medité. Necesitaba saber su nombre y él había puesto en mis manos la labor de ponerle uno.
-¿Lucas?- pregunté. Se encogió de hombros.
-Me parece bien- Sonrió levemente un segundo.
La lluvia había aminorado y la calle Felt yacía brillante y limpia. Él se volvió.
-Me voy, supongo que querrás llegar a casa- Acto seguido se marchó hacia lo que él y yo considerábamos su parte de la calle. Hacía tiempo que no lo veía subir hasta dónde moría la acera y se extendía la gran mansión.
La lluvia nos había traído una conversación. Había averiguado que le gustan los perros y que ahora se llamaba Lucas, aunque no fuera su verdadero nombre. Cuando la lluvia cesó, él se marchó con ella.

4 comentarios:

  1. Bonito, como siempre!! Esta pareja es muy interesante. De él casi no se sabe nada, aunque de ella tampoco mucho, y son tan monos *-*
    Estoy muy intrigada por como va a seguir :D
    Cuando tengas tiempo me gustaría que te pasases por mi blog y me dijeses que te parece alguno de mis relatos ;)
    Un saludo!! ^^

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  2. Me encanta, tan genial como siempre :)
    Sigue así, esta es una de las historias que merecen la pena ser leídas ^^

    Un beso, K.

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  3. Tan bonita como siempre! ^^
    es qué esta historia me resulta muy interesante!
    no tardes mucho en subir el siguiente! Estoy deseando saber como continua :D
    Por cierto, me encanta el nombre Lucas ;)
    besitos

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  4. "-¿Te gustan los perros?
    -Mucho- respondí más tranquila. Dirigió una mirada de nostalgia a los perritos.
    -Yo también- lo noté demasiado triste."
    Creo que deberías de haber puesto "a mí también", no "Yo también". XDDDDDD
    Por lo demás, genial. :)

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